
En un ambicioso movimiento hacia la automatización, IBM reemplazó a 8.000 empleados de su área de RRHH con su sistema de inteligencia artificial AskHR. Esta plataforma logró automatizar el 94% de las tareas repetitivas, como gestión de vacaciones o documentación interna, generando un ahorro de 3.500 millones de dólares.
Pero el experimento reveló una gran lección: el 6% restante de las tareas requería habilidades humanas como empatía, criterio y resolución de conflictos, que la IA no pudo replicar. Esto obligó a la empresa a recontratar profesionales, esta vez enfocados en áreas donde la creatividad, el pensamiento crítico y la gestión emocional son fundamentales. Una historia que muestra que la IA es poderosa, pero el talento humano sigue siendo insustituible.
En respuesta a la hegemonía tecnológica de Estados Unidos y China, Europa ha lanzado Mistral AI, una inteligencia artificial de código abierto que busca ofrecer una alternativa ética, transparente y local. Diseñada para ser totalmente auditable, esta IA permite que gobiernos, empresas y desarrolladores europeos construyan soluciones avanzadas sin comprometer su soberanía digital ni la privacidad de sus usuarios.
Con el respaldo de instituciones europeas, Mistral AI representa una apuesta por la autonomía tecnológica del continente. Su modelo abierto promueve la colaboración y el desarrollo descentralizado, y plantea una nueva visión para el futuro de la IA: más justo, accesible y alineado con los valores democráticos.
Cada vez más empresas están usando inteligencia artificial para realizar entrevistas de trabajo automatizadas. Plataformas como HireVue permiten a los candidatos grabar sus respuestas frente a una cámara, mientras un algoritmo analiza su tono de voz, lenguaje corporal y expresiones faciales para calificarlos.
Aunque estas herramientas prometen agilidad y reducción de costos, muchos postulantes se sienten incómodos e incluso rechazados emocionalmente. La falta de interacción humana y la ausencia de retroalimentación hacen que el proceso sea frío, despersonalizado y estresante. Expertos advierten que, si bien estas IA pueden filtrar currículums, aún no logran captar habilidades blandas como empatía, adaptabilidad o liderazgo.
OpenAI ha adquirido LoveFrom, la empresa de diseño fundada por Jony Ive —el legendario diseñador del iPhone, iMac y Apple Watch—, para crear su primer dispositivo físico potenciado con inteligencia artificial. La colaboración apunta a un producto revolucionario que combine el poder de modelos como ChatGPT con una experiencia de usuario fluida y centrada en lo humano.
Aunque los detalles del hardware aún no se han revelado, esta alianza representa un cambio estratégico para OpenAI, que busca llevar su IA más allá de la nube y hacerla parte del día a día de las personas. Con la visión de Ive, el futuro podría tener un “iPhone de la inteligencia artificial”.
Un estudio de la Universidad de Stanford demostró que las IA pueden ser más persuasivas que los humanos cuando tienen acceso a información personal del interlocutor. Al conocer tus valores, intereses y creencias, la IA adapta sus argumentos de forma más precisa, logrando convencer con mayor eficacia.
Esto plantea un dilema ético de gran relevancia: ¿deberían las máquinas usar datos personales para influir en decisiones humanas? Si bien este enfoque mejora la comunicación, también abre la puerta a manipulaciones en publicidad, política o redes sociales. Los investigadores insisten en la urgencia de establecer límites regulatorios para proteger la privacidad y la libertad de pensamiento.